La pugna entre el peso de la tradición y los nuevos lenguajes surgidos en Italia y en otras partes de Europa, la importación de obras, la presencia de artistas foráneos, la estancia italiana de artífices españoles ? todo esto configura uno de los periodos más ricos, complejos e interesantes de la historia del arte español, que, en menos de 100 años, da un salto que va de las formas tradicionales del llamado «plateresco» a las creaciones de Siloé, Machuca o Herrera, de la ambivalente figura de Pedro de Berruguete a la excepcionalidad de El Greco, y que se cierra con una empresa única e irrepetible como El Escorial.
A lo largo de los capítulos de este libro, el lector encontrará una completa introducción no sólo a las principales obras y artistas, sino también a los patronos que estaban detrás de ellos y que, con sus decisiones, fueron muchas veces los auténticos protagonistas en la conformación de tan peculiar panorama.