Fritz Lang fue junto a Murnau el más prestigioso representante del expresionismo alemán. Pero al subir Hitler al poder abandonó Alemania para instalarse en EE. UU., donde realizó 22 films. En 1958 volvió a Alemania donde retornó a su antigua filmografía rodando La tumba india y Los crímenes del Dr. Mabuse.
Pero fue principalmente en su etapa americana donde Lang al igual que Ford llegó a ser considerado como uno de los «maestros», un clásico que ha legado para el cine un universo de la existencia humana en el que la culpabilidad, el destino de los hombres, la venganza o el medio social dieron lugar a una creación única en la imagen y en el lenguaje cinematográficos.