Internet, un producto de la guerra fría surgido inicialmente de los cuarteles, vivió en la sombra hasta 1989, habitado por hachers, izquierdistas y libertarios californianos de derechas opuestos a la noción de control estatal. Pero entonces cayó el muro de Berlín y los nuevos medios electrónicos de comunicación pasaron a primer plano capitaneados por internet. La década de los noventa fue testigo de una auténtica guerra virtual por el control del ciberespacio. El capitalismo neoliberal, ya sin enemigos enfrente que hubiesen podido oponerse acabó en pocos años con cualquier veleidad de espacio público virtual, y el nuevo milenio ha nacido con un internet totalmente dominado por las multinacionales de la comunicación y regulado por los gobiernos occidentales.
Fibra oscura proclama la decandencia del intelectual guttenbergiano, todavía obsesionado por el poder del libro y del discurso, y aboga por el nacimiento de un teoría crítica que responda a los nuevos fenómenos de la comunicación en un mundo deslocalizado, de poderes difusos, guerras imperiales y desprestigio de la política.