¿De qué manera la era del Internet está cambiando los hábitos de leer? La abundancia de textos accesibles en la red plantea interrogantes tan atractivos como inquietantes sobre las nuevas formas de lectura.
A pesar de ello, nunca, desde que se generalizó la alfabetización, parecieron tan numerosos los no lectores. Ya en la década de 1960, pedagogos, políticos e investigadores se preguntaron si estábamos ante una crisis o incluso ante la muerte de la lectura. Hoy, esta situación es percibida como preocupante.
Sin embargo, durante mucho tiempo la lectura fue considerada una actividad peligrosa. A finales del siglo XIX, la iglesia y la escuela republicana se alarmaron del "furor de leer" en los suburbios y las zonas rurales. Para guiar a estos nuevos lectores, curas y maestros se esforzaron en definir las "buenas lecturas". Este fue el comienzo de un largo debate sobre el papel de la lectura en la formación y en los propios fundamentos de la cultura.
A estos discursos se sumaron los de pioneros bibliotecarios que defendieron el acceso sin trabas a todos los libros. Pero habría que esperar aún medio siglo para que la lectura se convirtiera en un valor consensual. La historia de este proceso, inseparable de las grandes mutaciones culturales y técnicas del siglo xx, muestra en qué medida está cambiando en la actualidad nuestra relación con los libros y con la lectura.