La Ortografía siempre ha sido la ~niña fea~ de la enseñanza de la Lengua; el látigo amenazador contra los alumnos en los exámenes y; para los adultos en muchos casos; un baremo de cultura.
El alumno; o la persona con problemas ortográficos; se veía desbordado por complejas reglas sobre comienzos, intermedios y finales de palabra. El camino es otro.