Es éste el primer libro en castellano dedicado íntegramente al teatro neoclásico, ya que, por influencia de la crítica romántica y positivista, la dramaturgia del siglo XVIII y parte del XIX no ha contado con la dedicación que merece.
Esa situación ha cambiado en los últimos años, durante los que ha ido emergiendo una creciente curiosidad por el teatro neoclásico, aportación esencial para comprender la modernidad.
En este libro se presentan y reflexiona sobre las preocupaciones centrales que los neoclásicos articularon en su producción teatral: los puntos esenciales del discurso teórico- dramático, que muestran una concepción coherente, avanzada y flexible de la escritura teatral; se analizan los componentes sobresalientes de la producción trágica (la concepción de la monarquía, la tiranía y la posición de los súbditos ante ésta, o el papel ejemplar de ciertas figuras históricas), y los de la comedia (con su nueva formulación del matrimonio, o de los nuevos valores sociales e individuales). Todo ello conduce a la construcción de modelos humanos (femenino y masculino), contrapuestos a sus anti- modelos, que sintetizan la visión reformadora (moderna y utópica) del teatro neoclásico.