Huarte de San Juan escribió y publicó su tratado a finales del siglo XVI, cuando la capacidad descubridora del gran Renacimiento estaba ya sumida en el escepticismo y el entusiasmo creador de los primeros humanistas cedía terreno ante las tensiones insolubles del Barroco. Las diversas disciplinas y profesiones empezaban a tomar conciencia de su libertad: la supuesta homogeneidad de la cultura antigua era sólo un mito.