Los libros considerados clásicos no muerden ni son soporíferos. Este libro supone una invitación a los espíritus curiosos a que comprueben que uno puede leerlos y disfrutar con sus propuestas: basta con liberarse de prejuicios y atreverse a emitir opiniones propias, por extrañas que parezcan. El autor, mediante un personal paseo en compañía de dos héroes (Héctor y el Cid) y dos antihéroes (Henry Fleming y Bartleby), protagonistas de cuatro clásicos, reflexiona sobre los personajes literarios con la intención de contagiar su pasión por la lectura de un modo sencillo y riguroso. Para que un paseo lleve a otro