En Kafka para principiantes ocurren varias cosas que hacen de éste, un libro para destacar. Mairowitz nos conduce ágilmente, adentrándonos en el mundo de Kafka en forma no lineal, evitando la crónica biográfica y más bien poniéndonos en el contexto de un mundo muy particular, la Praga de principios del siglo XX, un mundo donde las etnias y nacionalidades marcan a fuego la vida de las personas, un mundo en tensión y próximo (geográfica y temporalmente) a los sucesos históricos que definirían el carácter del siglo que empezaba. A su vez, nos sitúa en un contexto más particular todavía, el de un joven checo de ascendencia judía y lengua alemana, con una sensibilidad inusitada y unos vínculos familiares (en particular, la escabrosa relación con su padre) que lo configurarían para siempre: Franz Kafka. A continuación se nos surmerje en el proceso por el cual este contexto interactúa con el universo creativo de Kafka, y por este camino lo anecdótico de su vida queda relegado a un segundo plano, supeditado al nacimiento y desarrollo de esa noción imprecisa y diversa, lo kafkiano. Para ello, cuenta con la genial asistencia de Crumb, el ilustrador que con su estilo particular, oscuro e intenso, logra lo mágico: generar en nosotros esa misma atmósfera misteriosa que se está describiendo, hacerla palpable. El texto hace un recorrido por las principales obras de Kafka señalando las posibles relaciones entre éstas y los acontecimientos significativos de la vida del escritor, su claridad perceptiva que le permitía entender hasta lo doloroso los desajustes y perversidades del sistema social en el que le tocó vivir, así como también dilucidando algo pocas veces mencionado: la cuota de humor subyacente que recorre toda su obra por debajo de la opresión y la angustia. El libro cierra con una serie de anécdotas póstumas sobre la valoración de su obra y un breve análisis de la Praga contemporánea, en donde se evidencia de la "evolución" de ese sistema que fue para Kafka fuente de grandes angustias y grandes inspiraciones.
