Billy es un chaval de 14 años al que le gusta la astronomía y sueña con ser astronauta y descubrir todos los secretos del universo. Pero aun-que pasa el tiempo vagando por las estrellas, se ve obligado a plantar firmemente los pies en la tierra, forzado por los problemas que se multi-plican a su alrededor, sorprendido por el despertar de su propio cuerpo.
Billy sabe, así se lo han dicho, que su padre murió cuando él era pequeño, y ha crecido feliz con su madre y su tía Marion. Sin embargo, el mundo que le rodea empieza a resquebrajarse cuando su madre se confiesa lesbiana y él tiene un sueño en el que su padre se le aparece vivo...
La búsqueda del padre se le impone entonces como una necesidad perentoria y, en esa pesquisa, descubrirá un nuevo tipo de familia, en el que el modelo que se ha de seguir no es, al menos no imperativamente, el que establecen los padres biológicos. Todo en su entorno parece confabularse para sacudir los cimientos de su corta existencia: Teak, uno de sus mejores compañeros, es golpeado y rechazado por su propia familia porque es gay; y Shawn, otro amigo, se ve forzado a huir de su casa y de sus padres, cristianos fundamentalistas, disfrazado de chica para despistar a los detectives privados... En el centro de este terremoto vital, Billy tiene suficiente con buscarse a sí mismo, una labor turbadora, y dura.
En El hijo de Billy, Patricia Nell Warren aborda de nuevo los desafíos que aguardan a los gays en una parte de los Estados Unidos profunda y homófoba. Aunque puede ser leído de manera independiente, el libro es la tercera entrega de la trilogía iniciada con El corredor de fondo (¡más de diez millones de copias vendidas!) y de la que también forma parte La carrera de Harlan, obras que son hitos en la difusión y la aceptación de las cuestiones LGTB en el mundo.