A primera vista, nadie diría que Hugo tiene nada especial. En realidad, parece el típico adolescente de South Beach, en Miami: vive solo con su madre, se pasa el día con su mejor amiga, va a la playa, sale a escondidas con alguien al que su madre no daría su aprobación y, mientras termina la secundaria, trabaja algunas horas a la semana para ahorrar para ir a la universidad.
Sin embargo, Hugo es algo más peculiar: no trabaja de camarero en una pizzería (como le ha contado a su madre), sino de gogó en una discoteca de ambiente. Y ese alguien con el que sale a hurtadillas es un hombre bastante mayor que él, Glenn Elliott Paul, al que conoce porque un día se presentó en la agencia inmobiliaria de su madre. Y precisamente, y por si fuera poco, resulta que Glenn también sale con ella.
En el año que tiene por delante, Hugo va a descubrir por fin secretos familiares ocultos durante muchos años, va a entrar en contacto con el famoseo y va a continuar un romance cada vez más difícil con el novio de su madre. No quiere que ella sufra, pero tampoco le apetece en absoluto renunciar a Glenn: Hugo está a punto de vivir el año más apasionante, más difícil y, desde luego, más insólito de su vida.