Maria (sin acento, de forma que rima con paria) llega a Dublín desde su pueblo natal para ir a la universidad, cargada con una buena dosis de ingenuidad y agudeza. Tras encontrar una habitación en un piso compartido con Ruth y Jael, dos estudiantes maduras, se prepara para enfrentarse a las vicisitudes de la vida de estudiante. Al encontrar pocos amigos de la gente de su edad, Maria se ve cada vez más atraída hacia la vida de sus compañeras de piso. Sin embargo, Ruth y Jael mantienen una relación más compleja e íntima de lo que Maria se imagina, y cuantas más cosas descubre, más obligada se ve a madurar.
Esta es una novela maravillosamente escrita y, a ratos, conmovedora. Es también un interesante estudio del descubrimiento de la identidad lésbica y del mundo adulto.