La castidad es muy aburrida; esta era sin duda, la opinión de Alexandra. Sin embargo, cuando se encuentra con que tiene que elegir entre acostarse con mujeres o firmar un contrato con uno de los agentes más poderosos (e intolerantes) de Gran Bretaña, la guapa y prometedora actriz supone que su intensa ambición será suficiente para enfriar su ardor sexual. No obstante no contaba con conocer a Stephanie. Después de pasar una noche con esta joven estudiante de teatro, sus ansias por sexo apasionado y atrevido vuelven a reavivarse.