Citando sus palabras, este diario destila el pasado y el presente del conde Vlad Drácula, quien ha permitido su publicación como respuesta a la actual obsesión de los medios por los temas vampíricos. Todos esas historias para adolescentes lánguidas no son más que tristes imitaciones que palidecen a la sombra del auténtico Drácula. Un buen libro al que hincar el diente.