Luisa Isabel de Borbón, hija de Luis XV, deseaba hacer de su hijo un príncipe ?moderno?, para lo cual dejó su educación en manos de Condillac y de Keralio; el primero debía ocuparse de transmitirle conocimientos al pequeño y el segundo de darle la educación moral que le permitiera llegar a ser un hombre recto y de espíritu crítico. Estaba por ver si el Infante acabaría dando la razón a quienes pensaban que el espíritu humano es una ?tabla rasa?.