Dios es Buena Gente . Así, con lenguaje sencillo, popular y constructivamente inteligente. Tal es su definición y su esencia divina. Una definición sin misterios, sin entresijos y sin sacramento en su acepción de cosas raras . Dios es Buena Gente y éste es el incuestionable sacramento y misterio de Dios, en su pluralidad de versiones correspondientes sobre todo a las religiones monoteístas, que en la actualidad nos ofrecen la sagrada posibilidad de relacionarnos con Él y que en cristiano tiene el nombre de Jesús que con rigor etimológico y bíblico no significa nada más y nada menos que el que salva . Es decir, el que por esencia, presencia y potencia , que diría el Catecismo, es Buena Gente . Pero resulta que no siempre ni en todas partes nos fue proclamada y predicada verdad tan elemental, determinante e incontestable y nos desvelaron la imagen de un Dios, todopoderoso por encima de todo y, además, castigador de vivos y muertos, justiciero, antipático, arcano, misterioso, mago, lejano y ajeno a nuestras realidades personales, familiares y sociales, inasible e incomprensible Es decir, un Dios que