El Imperialismo colonial es, sin duda, uno de los fenómenos claves de la historia contemporánea: en 1914 las tres quintas partes del planeta estaban bajo dominio europeo. Factores económicos, políticos, de prestigio internacional e ideológicos -a veces con un fuerte sustrato racista- determinaron esta frenética carrera por la conquista de nuevos mercados y el reparto del mundo, provocando conflictos entre las naciones y trastocando de raíz a los pueblos colonizados.