Cataluña concentra una lucha secular por las libertades democráticas, las ambigüedades de un nacionalismo a veces excluyente, la amenaza de las rivalidades militantes y los riesgos de una identidad convertida en incierta a fuerza de ser reivindicada.
La crisis vivida por Cataluña, y por España entera, en septiembre y octubre de 2017 sorprendió, por su intensidad, a propios y extraños. ¿Cómo una región rica y próspera, que disfruta de una amplia autonomía, podía lanzarse a la aventura incierta de un proyecto secesionista? El choque frontal entre el catalanismo y la democracia española acabó provocando una fractura duradera en la región y un malestar generalizado en toda España. Aún hoy es un conflicto pendiente de resolución y necesitado de una reflexión serena.
El autor nos ofrece su profundo conocimiento de la historia de España unido a la ausencia de pasión nacionalista peninsular, ni catalana ni española, para arrojar luz al mayor desafío de la democracia española en el siglo XXI.