Una tormentosa noche llegó a este mundo el niño de la luz. Con los años, cautivado por las imágenes que solas venían a su mente, sentía crecer en su interior el anhelo más grande: que sus inventos beneficiaran a la humanidad. Para este soñador serbio, la energía debía ser libre y gratis para todos.
Tesla quería formar parte del panteón de inventores junto con Edison y Westinghouse. Pero, por esas vueltas de la historia, jamás logró el reconocimiento que merecía.