Basta un año de meditación perseverante, o incluso medio, para percatarse de que se puede vivir de otra forma. La meditación nos con-centra, nos devuelve a casa, nos enseña a convivir con nuestro ser, nos agrieta la estructura de nuestra personalidad hasta que, de tanto meditar, la grieta se ensancha y la vieja personalidad se rompe y, como una flor, comienza a nacer una nueva. Meditar es asistir a este fascinante y tremendo proceso de muerte y renacimiento. Gracias a la meditación el autor ha ido descubriendo que no hay yo y mundo, sino que mundo y yo son una misma y única cosa.
«Un pequeño pero exquisito libro que recoge una obstinada búsqueda de sí mismo y un anhelo por llegar a las raíces de la propia identidad».
A. Ojeda, El Cultural
«Poco más de cien páginas de inaudita intensidad que nos ayudan a comprender la importancia de esa humilde pero profunda virtud que es la atención. Dan ganas de acompañar a este peregrino en su viaje. De ser tan audaz como él a la hora de abandonar los miedos que nos atenazan».
Álvaro Valverde
«Un ensayo tan breve como intenso. Sin tatuajes ni adornos. Directo. Pablo d;Ors ha escrito unas páginas sentidas y vividas. Un libro memorable.»
Fernando R. Lafuente, ABC