Stendhal muestra un especial interés por la infancia y juventud del genio, por sus giras triunfales y sus grandes éxitos en las principales cortes europeas de la época. Se trata más que de una biografía detallada, de un repaso a los principales acontecimientos de su vida con un estilo que en ocasiones parece periodístico. La visión de Stendhal es claramente romántica; escribe del héroe, del genio, y por lo tanto, magnifica todo su entorno, preocupándose más que de sus intereses políticos, de su lucha por
la independencia o de su participación en la masonería, en el modo en que se dirige a los reyes o en sus ropajes. Es interesante leer la valoración que hace de su música y de la grandeza que se le reconoce a Mozart en el primer tercio del S.XIX.