• LUX PERPETUA

    SAPKOWSKI, ANDRZEJ ALAMUT EDICIONES Ref. 9788498890983 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    El Anticristo, muy señores míos, querido público, será de la estirpe de Dan. Reinmar de Bielau, llamado Reynevan, se encuentra en una encrucijada. Por un lado, el médico y alquimista educado en Praga se ha convertido en un participante de importancia en la revolución husita contra el clero y la no...
    Ancho: 155 cm Largo: 230 cm Peso: 758 gr
    No disponible
    23,95 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-9889-098-3
    • Encuadernació : Rústica
    • Data d'edició : 01/10/2016
    • Any d'edició : 2016
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : SAPKOWSKI, ANDRZEJ
    • Traductors : OTERO MACÍAS, FERNANDO
    • Número de pàgines : 504
    • Col·lecció : ALAMUT SERIE FANTÁSTICA
    • NumeroColeccion : 77
    El Anticristo, muy señores míos, querido público, será de la estirpe de Dan.

    Reinmar de Bielau, llamado Reynevan, se encuentra en una encrucijada. Por un lado, el médico y alquimista educado en Praga se ha convertido en un participante de importancia en la revolución husita contra el clero y la nobleza, un movimiento que ha impuesto su ley en Bohemia y Moravia, y que amenaza con extenderse por toda Silesia, Sajonia y Polonia hasta el mar Báltico. Por otro, la Inquisición ha capturado a su amada, Jutta de Apolda, y la utiliza como baza para chantajearle y obligarle a espiar para los enemigos de los husitas.

    Excomulgado, manipulado por unos y otros, y rodeado de una creciente desconfianza entre los suyos, sólo contará con la ayuda de sus fieles amigos Scharley y Sansón Mieles para sortear intrigas y peligros sin cuento, inmerso en un espeluznante juego de poder que enfrenta a nobles y campesinos, eslavos y alemanes, paganos y cristianos, partidarios del progreso y defensores de la tradición.

    En los campos teñidos de sangre del corazón de Europa, Reynevan perderá los últimos restos de su inocencia y aprenderá que ni las intenciones más puras ni la voluntad más firme pueden nada contra las inexorables realidades de la marcha de la historia. ¿O quizá sí?