La publicación en 1863 de Cantares gallegos de Rosalía de Castro supuso, en lo que a Galicia se refiere, la consagración de su literatura en lengua vernácula. La intención de la obra sobrepasa la finalidad puramente estética; es una apología de la tierra y la lengua gallegas. La autora, desde un Madrid falto de comprensión hacia lo regional, evoca su tierra, sus paisajes, su gente y sus canciones en este libro clásico.
Ricardo Carballo Calero ha aplicado su precisión y saber en el cuidado de esta edición cuya lectura para los no hablantes del gallego queda facilitada por el glosario final.