Si con " Trópico de Cáncer " Henry Miller se hizo un nombre, con " Trópico de Capricornio " consiguió un mayor logro narrativo, más maduro y mejor estructurado, a partir de una creación ambiciosa que supone mucho más que un desahogo personal.
En " Trópico de Capricornio " encontramos la teoría y la práctica de una escritura que emprende la ruta del " antiarte " con una hostilidad declarada hacia los conceptos tradicionales de belleza, orden y claridad.