Mates inmortales, magistrales estrategias, jugadores de leyenda: Judit Polgár, Greco, Bobby Fischer, los duelos entre Karpov y Kasparov, las hazañas de los niños prodigio, las grandes aperturas... Un libro imprescindible destinado a convertirse en bitácora del apasionante juego que más admiración concita en el mundo.
¿A quién se le ocurrió reproducir el teatro de la guerra en miniatura hace más de quince siglos con figuras que encarnaban los cuerpos del ejército indio? ¿Qué ser pensante decidió que de la suerte del rey dependía la de la partida? ¿Y la aguda idea del enroque? ¿Quién es considerado el mejor jugador de todos los tiempos? ¿Y quién urdió la más genial de todas las reglas: la conversión del peón en pieza al alcanzar la octava casilla?
Historia, anécdotas, jugadas inmortales, combinaciones maestras, sorpresivas tácticas, figuras de leyenda... Un libro ilustrado con numerosos ejemplos de juegos reales imprescindible para los neófitos así como para la formidable legión de jugadores aficionados en todo el mundo.
Esta es la historia jamás contada del juego de estrategia más practicado en el mundo así como de algunos de los hijos predilectos de Caissa, la diosa del ajedrez. De sus hazañas en el tablero y de sus momentos estelares: desde Greco a los niños prodigio pasando por las exhibiciones de partidas simultáneas a la ciega, sin olvidar al showman de Pillsbury, Tal, Petrosian, Bronstein o Judit Polgár, la más extraordinaria jugadora de todos los tiempos.
No faltará la aparición del Turco y su «magia», que constituyó un acontecimiento sociológico de primer orden ni tampoco la crónica de esos supuestos autómatas que deslumbraron a multitudes en Europa y América. Particularmente novelesca resulta la peripecia de los duendes o ajedrecistas profesionales que movían los hilos en la sombra.
Antonio Gude, considerado uno de los mayores expertos de la historia del ajedrez moderno, nos cuenta de forma amena y divulgativa todos los instantes sorprendentes que han transcurrido en torno al tablero de los 64 escaques, como el Match del Siglo ocurrido en 1970 en Belgrado, cuando, por mínima diferencia, el triunfo de los soviéticos dejó constancia de su incuestionable hegemonía, a pesar de que Bent Larsen y Bobby Fischer defendían los primeros tableros de la selección mundial.