Esta es la segunda novela de Tabucchi, publicada en 1978, poco después de Piazza d?Italia. Ambas forman una suerte de díptico «preportugués», en el que el joven escritor está buscando su voz definitiva y explorando los resortes de la novela.
El barquito chiquitito es por tanto un libro seminal, que tras su publicación estuvo muchos años descatalogado e injustamente olvidado. Cuando se recuperó, el autor escribió para la ocasión un prólogo en el que dice: «No había vuelto a leer este libro desde que lo escribí, y hasta yo mismo me sorprendo. (...) Aquí está la Historia con mayúsculas, desatinada muchacha que acarrea jubilosa duelos y malandanzas; la historia sin mayúsculas de nuestro país, por el cual sigo sintiendo la nostalgia de lo que habría podido ser y no es (...). Y, sobre todo, está el fenotipo de muchos personajes míos que vendrían después: un personaje derrotado pero no resignado, obstinado, tenaz.»
Este personaje es aquí Sesto, y la Historia con y sin mayúsculas es la de la Italia del siglo XX, recreada en la novela a través de la familia de Sesto, desde la generación de los abuelos. Aparece en estas páginas una Italia rural y de pequeñas ciudades de provincias, un pueblo que vive de una cantera, la llegada de la electricidad y los primeros coches, dos guerras, dos hermanas gemelas amadas por un insulso burgués que tendrá con una de ellas un hijo ilegítimo, el hermanastro legítimo de este... Uno de estos hermanos se hará fascista, y el otro, maestro de escuela, acabará prisionero de los nazis; en la posguerra el fascista se pasará a la Democracia Cristiana, y así llegaremos a los convulsos sesenta, con una chica llamada Rosa en honor de Rosa Luxemburgo cuyo destino será acaso tan trágico como el de la líder espartaquista...
Tabucchi retrata la evolución de Italia a lo largo de un siglo convulso en una obra temprana pero nada primeriza ni titubeante. Un texto que merecía ser recuperado y publicado por fin en español.