Dios, filósofo y adepto, Hermes Trismegisto, el tres veces grande, ha concitado durante siglos la admiración incondicional de los buscadores y adeptos, que han reconocido en él al más legítimo representante de la sabiduría misté-rica occidental.
Este Corpus hermeticum, que recoge los trazos más fundamentales de su doctrina, ha sido la fuente a la que han acudido secularmente todos los hombres interesados en obtener un conocimiento preciso y precioso sobre la naturaleza y la creación.