Todo el mundo habla bien de Jesús de Nazaret y coincide en reconocer sus valores: la gente de dentro y la de fuera. Escribía Camus: «Yo no creo en su resurrección, pero no ocultaré la emoción que siento ante Cristo y su enseñanza. Ante él y su historia no experimento más que respeto y veneración».
El consenso no se rompe ni siquiera entre los líderes de otras religiones con quienes Jesús podría entrar en competencia. Afirmaba Gandhi: «El espíritu del sermón de la montaña ejerce en mí casi la fascinación que el 'Bhagavad Gita'. Ese sermón es el origen de mi afecto por Jesús».
El lugar de convergencia de los diferentes testimonios sobre Jesús es su estilo de vida en libertad, su actitud ética, su mensaje humanitario, su compromiso con las personas y los grupos más desfavorecidos.
Esta obra quiere explicitar la dimensión ética de Jesús ?preterida por las cristologías dogmáticas? a partir de un análisis riguroso y pormenorizado de algunas de las principales tradiciones evangélicas, centrando la atención en los evangelios sinópticos. Jesús se nos presenta en dichas tradiciones como una persona de gran talla moral y como punto de referencia de los valores. A su vez, se convierte en interpelación ética en clave liberadora.
La praxis liberadora de Jesús de Narazet constituye, así, una aportación luminosa en el actual debate entre los plurales discurso y proyectos morales animados por un interés emancipatorio universal.