Jacinta quiere saber cómo hará su mamá para respirar
dentro del ataúd y sus tías le dicen que mejor
vaya a cuidar a sus hermanos. Jacinta recuerda de
su madre el sonido de la cuchara golpeando contra
el vaso cuando revolvía la leche hasta dejarla
sin grumos. Jacinta ríe con sus hermanos y su papá
cuando él puede llegar temprano del trabajo y comen
juntos y al final él les saca de las orejas chicles
y caramelos. Jacinta es un bicho raro en un mundo
donde los demás niños tienen madre. Jacinta no tiene
un ángel de la guarda pero una mujer que viaja
en un caballo azul vela por ella.