En aquel tiempo, los elefantes no tenían trompa.
Había una vez un elefantito curioso que hacía preguntas
de todo tipo a los animales de su entorno: al
avestruz, a la jirafa, al hipopótamo, al mono... Hasta
que un día quiso saber qué comen los cocodrilos,
pero nadie le quiso responder, excepto un pájaro
gorjeador que le hizo emprender un largo viaje
hasta el río Limpopo, la tierra de los cocodrilos.