Escrita en 1714, dos años antes de su muerte, contiene sintéticamente toda su filosofía. Por la riqueza de ideas y por la peculiar trabazón entre ellas, no resulta un texto fácil. Requiere un lector «instruido» en filosofía griega, escolástica y moderna. Pero su valor perenne como obra clásica de la filosofía recompensa el esfuerzo para adentrarnos en su lectura. Es un texto que no ha dejado de alimentar a generaciones de pensadores y que con el paso del tiempo presenta nuevas perspectivas de las cuestiones filosóficas emergentes. Expuesta a través de párrafos lógicos, derivados el uno del otro, hasta completar 90, se llama así porque Leibniz quiso retomar el nombre ?monas? del griego, que significa unidad, y ?logos?, tratado o ciencia, por lo que vendría a ser "ciencia de la unidad".