Este libro demuestra una hipótesis: los diferentes tiempos de elaboración del Padre en Lacan se apoyan cada vez en una relectura de Moisés y la religión monoteísta de Freud (deteniéndose en 1963, fecha de la única lección sobre los Nombres del Padre). Tres determinaciones mayores -el Padre como nombre, el Padre como ley, el Padre como voz- fundan una lectura original de los problemas y de las soluciones que constituyen el fondo psicoanalítico esencial del Moisés freudiano.