De Amado Nervo, Octavio Paz ha escrito que manipuló "con novedad y autenticidad el repertorio del modernismo". Enrique Díez-Canedo habla de su "toque preciosista, vestidura de una delicadeza fundamental de su alma". Todo esto se confirma en La amada inmóvil, libro que creó en el transcurso de la madrugada del 7 al 8 de enero de 1912, en Madrid, al tiempo que velaba los restos de Ana Cecilia Dailliez, su secreta compañera.