De nosotros depende ser felices o no. En este sentido, podemos preguntarnos si vivir es un arte, y la respuesta de Anselm Grün es que sí, y que todos podemos aprenderlo. Según él, de nada sirve vivir a presión. Quien tiene excesivas pretensiones se convierte en un obstáculo para sí mismo, y quien es bueno para sí se facilita a sí mismo la vida. ¿De qué se trata, pues? De prestar atención a lo verdaderamente importante; de saber pararse, en lugar de correr alocadamente; de permitir que las cosas maduren a su propio ritmo; de hallar la medida exacta en cada cosa; de hacer lo que es bueno para el cuerpo y para el alma; de mirarse a sí mismo y a los demás con ojos indulgentes... En eso consiste el arte de vivir: en entrar a fondo en la vida permaneciendo abiertos a cuanto de sorpresivo la vida misma nos depara a todos todos los días.
ANSELM GRÜN (1945), doctor en teología y administrador de la abadía benedictina de Münsterschwarzach, es un conocido consejero espiritual e imparte cursos de meditación, interpretación de los sueños, ayuno y contemplación desde la perspectiva de la piscología profunda. Entre sus numerosas publicaciones, ésta es la segunda traducida al castellano por la editorial Sal Terrae, después de Cincuenta ángeles para el alma.