La teología feminista es una teología crítica. La investigación crítica se origina siempre a partir de una experiencia de contradicción. El objetivo de la teología crítica es doble: pone en evidencia los aspectos de la interpretación recibida que generan contradicciones, e intenta ofrecer alternativas de interpretación teológicamente consistentes que permitan superarlas. Dado que estas contradicciones a menudo vienen generadas por situaciones de discriminación o injusticia, a las teologías críticas también se las denomina teologías de la liberación. La teología feminista es una modalidad de teología crítica o de la liberación. El camino de la teóloga o del teólogo feminista es, por tanto, necesariamente, un camino de lucha y de reivindicación, pero esto no significa que tenga que ser solo un camino de lucha o de reivindicación. No lo es. Es, al mismo tiempo, y desde el núcleo mismo de su compromiso, un camino de gratuidad, de don, de sorpresas y regalos inesperados, de descubrimientos que ensanchan cada vez más el horizonte inicial.