Estados de devoción, horas de amoroso romanticismo y prácticas de meditación podemos celebrarlas a la luz de las velas.
Tanto si se trata de la llama de Abraham como de las meditaciones con fuego de los yoguis indios, la llama tiende siempre a alcanzar un plano espiritual superior.
Desde hace siglos, el brillo de la llama de las velas confiere a las festividades religiosas un esplendor muy particular. Luz y velas son símbolos de pureza, sosiego, paz y protección; son expresión de la relación con lo divino. Los rituales con velas muestran el camino al subconsciente y estimulan el plano de nuestros dones y sentimientos más elevados. Por eso, las velas son una eficaz ayuda para la meditación, para entrar en contacto con nuestra luz interior, para experimentar la perfecta sensación de unidad con el proceso de la creación.
Velas de altar, velas de sacrificio, velas astrológicas, velas asociadas a los días de la semana. Todas tienen su función y su significado. Los autores describen cómo se fabrican, cómo se les incorporan colores y aromas, mostrándonos, con lujo de detalles, las vibraciones cromáticas secundarias y los efectos aromáticos que desencadenan, iniciándonos en el secreto arte de su utilización mágica y espiritual.