En este libro se señala el planteamiento de Weber respecto de la sociología de la religión. La religiosidad cristiano-occidental es el espacio en el que inscribe su teoría general de la racionalización cultural, uno de cuyos aspectos de la racionalización de la actividad económica. La tensión entre las intenciones religiosas y las consecuencias materiales es presentada por Weber como la dialéctica entre carisma y racionalización. La sociología weberiana presenta la religión como un fenómeno de la vida cotidiana, en el que se establece la relación práctica entre los intereses y necesidades que dirigen la actividad socioeconómica de los individuos. En la teoría de Weber, se encuentra presente un sentido trágico que envuelve la relación del ser humano y su destino en la sociabilidad a la que da origen el capitalismo.