El wabi-sabi es el rasgo más notable y característico de lo que consideramos la belleza tradicional japonesa. Puede llegar a ser un modo de vida, y, como mínimo, es un particular tipo de belleza. Es la belleza de las cosas imperfectas, mudables e incompletas. Es la belleza de las cosas modestas y humildes. Es la belleza de las cosas no convencionales.