En sus páginas, realiza un repaso del crudo panorama actual, de las maniobras y perversiones que corrompen nuestro sistema democrático, de los recovecos oscuros en que se fragua la corrupción política y judicial y del fracaso de algunas de las instituciones surgidas de la Constitución. Pero como señala su autora, este duro diagnóstico sobre la falta de calidad democrática de nuestro sistema ofrece también la ocasión para pensar las vías y modos posibles de su regeneración.