• SIN TI NO HAY NOSOTROS

    KIM, SUKI BLACKIE BOOKS Ref. 9788416290130 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    «Sin ti no hay nosotros, sin ti no hay patria.» Estos versos hacen referencia a Kim Jong-­il, Gran General de Corea del Norte, cuyo «ánimo solícito» condujo la nación hasta su muerte el 17 de diciembre de 2011. Pocos meses antes, Suki Kim, ciudadana estadounidense nacida en Corea del Sur, logró as...
    Dimensions: 210 x 140 x 27 cm Peso: 300 gr
    No disponible
    21,00 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-16290-13-0
    • Encuadernació : Cartoné
    • Data d'edició : 01/01/2015
    • Any d'edició : 2015
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : KIM, SUKI
    • Traductors : ÁLVAREZ ELLACURIA, PABLO
    • Ilustradores : MILLÁN, JONATHAN
    • Número de pàgines : 336
    • Col·lecció : BLACKIE BOOKS
    • NumeroColeccion : 6
    «Sin ti no hay nosotros, sin ti no hay patria.»

    Estos versos hacen referencia a Kim Jong-­il, Gran General de Corea del Norte, cuyo «ánimo solícito» condujo la nación hasta su muerte el 17 de diciembre de 2011.

    Pocos meses antes, Suki Kim, ciudadana estadounidense nacida en Corea del Sur, logró asomarse a las vidas de 270 estudiantes de la élite norcoreana, a los que enseñó inglés mientras el resto de las universidades del país permanecían cerradas. Con ellos compartió la claustrofobia de la formación marcial y la vigilancia ineludible, mientras almacenaba notas en una memoria USB que siempre llevaba consigo. Pero «hasta una cárcel puede parecer un hogar a veces», y unos muchachos entrenados para mentir sistemáticamente, una familia. "Sin ti no hay nosotros" es el testimonio único, profundamente revelador y terriblemente emotivo, de una joven profesora rodeada de violencia, entregada a la enseñanza clandestina de la libertad.

    «La historia que explica Suki Kim es capaz de dejar a cualquiera perplejo y completamente abrumado». Publishers Weekly

    «Impresionante...Nos recuerda que la maldad no es solo banal, también es completamente arbitraria». The New York Times