Si después del camino recorrido lleno de satisfacciones y sinsabores, uno sabe que ha podido escuchar el
hermoso canto de una vida plena, si ha intentado y conseguido, con las propias limitaciones honrar la vida, si puede
declarar con honestidad que muchos le han servido y que ha servido a algunos, deberá concluir que correr el riesgo de
ser lastimado y haber pasado por la posibilidad o por el hecho de salir herido de alguna batalla, ha valido la pena.