Su marido Archie había sido invitado a unirse a una misión comercial para promover la Exposición del Imperio Británico. Fue una decisión que cambiaría la vida de la joven novelista, un verdadero viaje de descubrimiento que inspiraría su escritura futura. En las cartas que componen este volumen abundan relatos sobre aspectos de la vida cotidiana, tales como mareos en barco y quemaduras solares, visitas pintorescas, surf en las playas, glamour y charlestón, pero también hay aquí una mirada consciente a las sombras del colonialismo.