Hace algunos años, no muchos, el título de este libro no hubiera superado la prueba de examen en cualquiera de los Institutos donde se libraban los títulos para ser de izquierdas. Que el socialismo tendría futuro era una evidencia, aún más, una obviedad. Así es que el problema estaba en averiguar de qué modo y manera se produciría el tránsito, o bien, superada esta fase, cuáles eran los matices y perfecciones que cabría introducir en un modelo exitoso.
Las cosas cambiaron de tal modo que, hasta hace muy poco, un título como éste hubiera levantado sonrisas cómplices entre el numeroso grupo de los ex. Los ex de tantas cosas que coincidieron en proclamar la muerte de sus certezas y pretendieron que los demás abrazásemos con ellos su nueva religión.
Pero nada es eterno. La crítica al neoliberalismo ha alcanzado una masa crítica que comienza a tener importantes manifestaciones sociales y políticas, y el mapa político y programático se ha abierto nuevamente. Es un escenario, es forzoso reconocerlo, en el que la izquierda transformadora se encuentra debilitada y acosada. Sin embargo, la posibilidad de que surjan nuevas propuestas es un hecho tangible. Otra vez la idea de una sociedad alternativa parece dibujarse entre la desesperación y los nuevos anhelos.