Un grupo de cazadores mata a un oso en los bosques cercanos a Kiruna. Cuando abren el vientre del animal, encuentran un dedo humano entre las vísceras. Unos meses más tarde, hallan a una mujer asesinada en su casa. Ha sido brutalmente agredida con una horqueta hasta la muerte. Markus, su nieto de siete años, ha desaparecido.
La fiscal del distrito, Rebecka Martinsson, que en un principio se iba a hacer cargo de la investigación, es retirada del caso. Por su cuenta y riesgo empieza a indagar en el asesinato de la mujer: la muerte parece perseguir a esta familia, y Rebecka no está dispuesta a que su último miembro, el joven Markus, corra la misma suerte. Para ello, deberá sumergirse en el pasado de los personajes y de sus antepasados.
Hay pocas cosas que provoquen mayor indignación que la violencia contra un niño. Cuando el pequeño Markus desaparece la fiscal Martinsson es capaz de actuar al margen de la ley para encontrarlo.