Pedro Calderón de la Barca fue uno de los dramaturgos más destacados del teatro áureo. Perfeccionó las innovaciones de la comedia nueva, desarrolló un tipo de teatro más reflexivo que profundizó en los conflictos éticos, religiosos y filosóficos de su época y supo construir, en una estructura perfecta, un drama filosófico y doctrinal que convierte a su personaje principal en símbolo universal del ser humano. La vida es sueño cuestiona la condición humana y su significación en el mundo por medio de una parábola.