?Vivimos en un barrio triste de casas militares de ladrillo rojo y hormigón, al que mi madre siempre dice que no pertenecemos...En el colegio me paso los días, entreteniendo la vida de unas monjas deformes, que cada mañana me tocan el pecho para ver si ya llevo sujetador, y que nos obligan a llevar pantalones de gimnasia en el recreo, debajo de la falda, no vaya a ser que se nos vean las bragas..."