Los días son como los sueños: los hay de todos los colores y tamaños. Algunos son alegres como fiesta entre semana; otros, pesadillas de las que más vale despertar.
Desde que empieza el año hasta que acaba hay tiempo para buscar sueños en los tejados y guardar secretos debajo de la almohada. Y si la primavera oculta los secretos en el corazón, el verano nos invita a un sueño en cada siesta. ¿Se cumplirán tus deseos en otoño? Mientras llega la respuesta, acurrúcate, cierra los ojos y saluda sonriente al invierno.