El principal valor de una organización son las personas. Para que una empresa sobreviva en esta era de grandes cambios, el gerente o directivo debe actuar en tres ámbitos:· En el de la organización, creando estructuras y estableciendo objetivos y métodos capaces de adelantarse a cualquier problema.
· En el de las personas, aprendiendo a comunicar, a comprender, a compartir y delegar.
· En el personal, conociéndose a sí mismo, pues esa es la condición para trazar objetivos, y alcanzarlos, y diseñar modelos de excelencia.Desde hace pocos años, empresas, organizaciones e instituciones tienen a su alcance nuevas tecnologías que les permiten hacer lo que siempre hicieron, aunque mucho más rápido. Y eso es una ventaja, pues el mercado cambia también a velocidad de vértigo. Los inconvenientes surgen cuando una organización se obstina en mantener una estructura piramidal, monolítica, porque entonces el proceso de tomar una decisión y de llevarla a la práctica lentifica el crecimiento y el desarrollo. Toda empresa tiene sus objetivos y tiende hacia unos resultados, pero si los hombres y las mujeres de su organización no los asumen como propios el proceso entero se verá comprometido. Es tarea del nuevo directivo, y no la menor, crear un equipo humano que comparta los valores de la empresa, que sea capaz de aprender y asimilar la filosofía de la gestión y de involucrarse en la tarea de alcanzar un objetivo común.