Las andanzas y aventuras de Odiseo, vividas en el lapso de diez años que duró su regreso al hogar tras una
activa participación en la guerra de Troya, conforman la apretada trama, casi novelesca, de uno de los grandes
monumentos de nuestro patrimonio intelectual. Probablemente compuesta a fines del siglo VIII a.C., la Odisea nos
adentra en un mundo real, el Mediterráneo antiguo, pero repleto de peligros y poblado por seres fabulosos: magas,
ninfas, gigantes, monstruos... Los avatares marinos del héroe en esta segunda gran epopeya griega alejan a Odiseo
(Ulises desde los romanos) de los escenarios de la épica, para situarlo en un ámbito fantástico, más próximo al mundo
maravilloso de los cuentos de misterio. Y ellos se encargan de poner a prueba la astucia y la audacia del protagonista,
retratado con sutileza en sus matices, al tiempo que configuran los jalones de un viaje que es paradigma de crecimiento
personal.