• LOS CRUZADOS DE LOS REINOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

    DEL OBISPO BERNARDO DE TOLEDO A LOS ALMOGÁVARES DE ROGER DE FLOR

    JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ GARVI EDAF EDITORIAL Ref. 9788441432727 Altres productes de la mateixa col·lecció Altres productes del mateix autor
    El 27 de noviembre del año 1095, durante el transcurso de la última jornada del Concilio de Clermont, el papa Urbano II exhortó a toda la cristiandad a que marchase unida para conquistar Jerusalén. El llamamiento del pontífice tuvo una amplia repercusión y a él respondieron nobles, clérigos, y cabal...
    Ancho: 170 cm Largo: 240 cm Peso: 670 gr
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    9,95 €
  • Descripció

    • ISBN : 978-84-414-3272-7
    • Encuadernació : Americana
    • Data d'edició : 01/02/2013
    • Any d'edició : 2013
    • Idioma : Español, Castellano
    • Autors : JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ GARVI
    • Número de pàgines : 320
    • Col·lecció : CRONICAS DE LA HISTORIA
    El 27 de noviembre del año 1095, durante el transcurso de la última jornada del Concilio de Clermont, el papa Urbano II exhortó a toda la cristiandad a que marchase unida para conquistar Jerusalén. El llamamiento del pontífice tuvo una amplia repercusión y a él respondieron nobles, clérigos, y caballeros procedentes de todo el occidente europeo. De la misma forma, miles de hombres, mujeres, ancianos y niños del pueblo llano, armados tan solo de una inquebrantable fe adornada de misticismo y superstición, lo abandonaron todo para unirse a la expedición militar que se estaba organizando. De aquella movilización surgió el embrión de lo que se acabaría convirtiendo en la Primera Cruzada, aventura bélica y religiosa que dejó un reguero de muerte y destrucción hasta que los guerreros cristianos lograron conquistar la Ciudad Santa . En aquella misma época, los diferentes reinos de la Península Ibérica combatían en el contexto de la Reconquista contra los musulmanes que la habían invadido varios siglos antes. Los monarcas cristianos dedicaban casi todos sus esfuerzos a las sucesivas campañas militares emprendidas para recuperar el territorio perdido. Sin embargo, durante las ocho cruzadas que tuvieron lugar a lo largo de casi doscientos años, un puñado de caballeros y nobles hispanos decidieron cruzar el Mediterráneo para participar en ellas y contemplar con sus propios ojos los lugares en donde la tradición cristiana sitúa la vida y la pasión de Jesucristo.